Mis manos están cansadas y mi espalda mucho más. Pero aún así, no puedo evitar sonreír cuando veo mi creación tomando forma ante mis ojos. Este diseño va camino a una pasarela, algo que en un tiempo estuvo solo en un papel. Ahora lo hemos hecho realidad.
Pero aunque es cierto que estoy muy orgullosa de mi trabajo, sé que el aplauso no es solo para mí. Es para el diseñador que creó la moda, la sociedad que la acogió y todas las personas que hicieron posible que este proyecto se materializara.
La costura es una de las formas de arte más antiguas y hermosas del mundo, y siempre me pregunto quién es el verdadero artista detrás de cada pieza. ¿Soy yo, que invierto horas y horas de mi tiempo y energía en cortar, coser y moldear la tela? ¿O es el diseñador que creó el patrón que utilizo, o incluso la propia tela que compro?
A veces, en el mundo de la moda, parece que la gente valora más la marca que la artesanía detrás de la ropa. Pero para mí, lo que realmente importa es el amor y la pasión que ponemos en cada prenda. Invierto tiempo y dinero en materiales de calidad porque quiero que mis clientes sientan lo mismo que yo cuando me pongo detrás de la máquina de coser: una mezcla de creatividad, destreza y, sobre todo, amor.
Pero también sé que hay una sombra oscura detrás de la costura y la moda. Muchas veces, los trabajadores textiles son explotados, sometidos a condiciones laborales precarias y a salarios mínimos. Y aunque me esfuerzo por encontrar y utilizar telas de fuentes éticas, no puedo evitar sentir que formo parte de un sistema que está mal diseñado y necesita ser cambiado.
Por eso, cuando creo una prenda, siempre me pregunto qué cambios podríamos seguir para hacer que el mundo de la moda sea más justo y sostenible. ¿Cómo podemos asegurarnos de que los trabajadores textiles estén siendo tratados de manera justa y digna? ¿Cómo podemos reducir nuestro impacto ambiental y hacer que la moda sea más sostenible?
Son preguntas difíciles de responder, pero sé que forman parte de mi compromiso como costurera y como ciudadana del mundo. Porque la moda no es solo ropa: es una forma de expresión, una manera de comunicar nuestro estilo y personalidad. Pero también es una industria con impacto global, y todos tenemos la responsabilidad de hacer nuestra parte para crear un mundo mejor y más justo.
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